Podríamos decir que es una prueba exigente, que es explosiva, incluso la podríamos catalogar como agónica, pero, sin duda, el adjetivo correcto es única. 

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Además, la prueba no tiene límite de tiempo para su realización, por lo que cada participante puede tomársela a su manera, corriendo contra el crono o subiendo andando tranquilamente, disfrutando del ambiente, de las empinadas calles de Morella y de su castillo. ¡Cada participante elige!

 

La salida tiene lugar en el barrio de l’Hostal Nou, junto al edificio de la Cruz Roja, y sin tregua se inicia la subida hasta la Plaça d’Armes del Castell de Morella, punto más alto de la localidad. 

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El primer tramo exterior al recinto amurallado debe tomarse con calma, la pendiente es pronunciada y empezar más fuerte de lo debido puede jugar una mala pasada. 

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Una vez alcanzado el Portal de Sant Mateu, al iniciar la Costa de Sant Joan, el bullicio de gente que se oye animando hace que cualquier participante se venga arriba y llegue a la puerta del castillo en volandas, sin enterarse de la cantidad de escalones que ha subido.

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El recorrido por el interior del castillo, con algún tramo de tierra, suaviza la subida, pues llanea, y, si quedan fuerzas, puede correrse con más facilidad. Pero como no podía ser de otro modo, el final es duro, pues un tramo empinadísimo de escalones es el que nos llevará definitivamente a coronar lo más alto del castillo. 

 

¡¡¡Es momento para disfrutar de las vistas espectaculares desde ahí arriba y de recuperar fuerzas, pues el trabajo está hecho!!!